Las formas de vida de los asentamientos humanos estuvieron relacionadas con los episodios de humedad y aridez que afectaron a la región. El poblamiento inicial se ha registrado al sur de lago Roca, en la zona de Chorrillo Malo 2, remontándose unos 11 mil años. La gente que ocupó el lugar venía desde el norte, ya que traía consigo un material volcánico llamado oxidiana, que se encuentra unos 250 km al norte. Se supone que aquellos primeros pobladores de la cuenca cruzaron el río, que en ese momento tenía escaso caudal.
Las ocupaciones humanas al sur de la cuenca superior del Santa Cruz son discontinuas. Recién hace unos 4000 se encuentran indicios de ocupaciones permanentes. Para esa época utilizan la tecnología Levallois. Este tipo de tecnología no se encuentra en el norte del río, pero sí en otras regiones del sur, por lo que se supone que estos grupos se movían hacia el sur. Este movimiento también se verifica en la diferencia entre los entierros, ya que los de la zona sur del río se asemejan a los hallados en el estrecho de Magallanes o en la zona sur de Chile.
La cuenca se abandona hace unos mil años en relación con un periodo de aridez. Después de ese momento se observa la entrada de nuevos grupos hace unos 500 años, que ya no tienen la tecnología Levallois y entierran de otra forma a sus muertos. Estudios genéticos han demostrado que se trata de grupos diferentes a los primeros ocupantes de la región, y son los antecesores de los aonikenk (tehuehes meridionales) que encuentran los europeos a su llegada a esta parte de América.
Al norte del río santa cruz, las primeras ocupaciones están datadas unos 8000 años atrás, pero no hay registro de que hayan permanecido en la zona. La mayor parte de las evidencias tienen unos 2000 años de antigüedad. Se trata de grabados que no han sido hallados al sur del río.
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